Julio Iglesias JR muestra el interior de su lujoso casoplón en Madrid gracias a Ven a Cenar Conmigo: Gourmet Edition
No nos engañemos, nos da igual cómo cocinen los pseudofamosos del programa de Cuatro, aquí lo importante son los casoplones en los que viven. Nos podemos imaginar cómo viven pero no con tan minucioso detalle que si lo enseñan ellos mismos. Tras la poco humilde morada de Toñi Salazar y Elena Tablada, le toca al hijo de Julio Iglesias.
Dos terrazas, una oficina con dos ordenadores y ¡Un toro mecánico!
Hay quien tiene dos baños, o dos salones, o dos piscinas: el hijo de Isabel Preysler y Julio Iglesias tiene dos terrazas y dos iMac relucientes en su cocina. Hasta aquí, algo normal dentro del derroche, pero lo que nos sorprendió fue que tuviese en su interior toda una atracción de feria. A pesar de todo, el estilazo heredado de su madre, se nota, y mucho.
#VenACenarIglesias completo y a la carta en @cuatro ¡No te lo puedes perder! 😜 >https://t.co/xOVuWX5usB pic.twitter.com/yWJiYlKTjl
— Ven a cenar conmigo (@VenACenarTV) July 4, 2018
Elena Tablada, Toñi Salazar, Kiko Rivera y el anfitrión, Julio Iglesias JR se subieron al lomo del toro mecánico que el niño de la Preysler tiene instalado en uno de sus jardines. El participante de Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition ha seguido la estrategia de los famosos que no son muy amigos de la cocina y ha disimulado su menú con el pomposo casoplón, como ya hiciera la de las Azúcar Moreno.
Una cocina de infarto, de esas que te dan ganas hasta de dormir en ella; un comedor digno de revista, al igual que uno de sus salas de estar sin televisión para mayor relajación; una oficina con doble aparato de la marca Apple; un exterior interminable, con atracción de feria incluida; y una decoración que podemos imaginar de quien ha salido… Vean:
Es sin duda una de las más top de esta temporada, de las que de momento hemos visto. Queda la de Paquirrín. Pero tranquilos, no cocinará en Cantora, será en el piso de Madrid. Veremos cómo es el gusto del pequeño del alma de Isabel Pantoja, y cuán cocinillas es.
