Una mujer de compañía se marcha de un programa de Telecinco en directo por el comentario de uno de los periodistas
El programa Ya es mediodía se ha hecho un hueco en la parrilla de Telecinco como magazine, en muy poco tiempo, que analiza noticias de actualidad e intenta contactar con fuentes y expertos que arrojen luz a ciertos temas. Ahora, se ha vuelto noticia por un incidente con una trabajadora sexual.
«Quieren que nos sigan matando»
Uno de los temas que se trató durante el programa fue los cinco millones de euros que mueve el turismo sexual en España. Para ser más exactos con los datos y aportar un testimonio a esta información, el programa invitó a Paula para que contara su propia visión.
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Paula es una trabajadora sexual a la que parece no haberle sentado bien ciertas preguntas de los colaboradores del magazine dirigido por Sonsoles Ónega. Ha asegurado que existen muchos intereses políticos detrás de las asociaciones a favor de la abolición de la prostitución.
En el momento en el que Paula asegura que «el 75% de las trabajadoras sexuales lo hacen por propia y libre decisión», empieza a caldearse el ambiente en plató. Ricardo Altable, colaborador del programa, no duda en afirmar: «Señora, yo no sé de dónde saca usted esos datos».
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La discusión entre ambos fue a más mientras que ella afirmaba que no tenía tiempo para discutir. La entrevistada estaba claramente agitada y con un gesto de cierta incomodidad, «lo que usted está haciendo es crear más estigma contra las trabajadoras sexuales».
No conforme con su respuesta, siguió diciendo: «Lo que están logrando ustedes es que nos quiten los hijos, que nos sigan violando, que nos sigan matando«, lo que encendió aún más los ánimos en plató.
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Cuando llegó el turno de Cristina Fallarás, la trabajadora sexual comenzó a decir que se tenía que marchar haciendo un claro amago de quitarse el pinganillo: «Es necesario que nosotras estemos presentes en el debate», a lo que Ónega respondió con una invitación al plató.
«Agradecería que fuésemos lógicos, humanos», afirma Paula que en su despedida también ha mencionado el caso de La Manada. Las trabajadoras sexuales, organizadas en sindicatos, siguen luchando por sus derechos y por leyes que vayan en contra de la trata para dar solución a un problema que no es nuevo para ellas.
